Aviguey Parra Riva (San Cibrao, Lugo, 31 años) reconoce sin tapujos que durante la primera parte de su juventud se dedicó a “hacer el gamberro” y quemar la noche, allá donde estuviese. Pero cuando vio que los excesos nocturnos empezaban a hacerle mella decidió darle un giro a su vida. “Tenía una mala vida que me estaba pesando mucho”, dice esta luchadora gallega que desde hace unos seis meses vive en Beasain. Quería cuidarse y empezar a hacer deporte, una actividad totalmente desconocida para ella, para favorecer así su salud y fomentar el bienestar emocional.
Así que un día de hace cuatro años se apuntó a las clases de artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) de su amigo Carlos Terco, cantante en el grupo de punk rock izquierdista vallecano Núcleo Terco. Y le gustó. Vio que tenía un buen nivel, que ese podía ser un nuevo comienzo. Normalmente, muchos luchadores de las MMA se han curtido antes en el boxeo, el kárate o en otras artes marciales donde las reglas de los combates, digamos, son más nítidas y no hay tanta intensidad ni dramatismo. No fue su caso. Empezó de cero, sin tener realmente ni idea de donde se metía. “Soy una persona muy impulsiva. Vi que se me da daba bien y me enganché. Me gustó que fuera tan completo y que no tuviera reglas”, explica.
“Euskadi me parece increíble. Creo que no hay un lugar mejor para mí que Gipuzkoa”
Primero participó en Madrid (su anterior lugar de residencia) en una velada de corte feminista en un centro social. Pero quería alcanzar varios peldaños más. Pelear de verdad al precio que fuera. Hacerse un nombre en la jaula -un octógono compuesto por ocho paneles metálicos y unas mallas gruesas reforzadas con plástico clásico- y demostrarse a sí misma que golpea como una roca. Entre sus logros más importantes, destacan su estreno con victoria en 2022 en el gimnasio Circus Arena de Madrid y su participación al año siguiente en el evento WOW, el más importante del Estado, en el Palacio Vistalegre. Este tipo de combates se han hecho un hueco en el sector del entretenimiento. Se puede luchar tanto de pie como en el suelo y se permite todo o casi todo: puñetazos, patadas, rodillazos, derribos, estrangulamientos… El fenómeno Ilia Topuria, autodenominado 'El matador', doble campeón del mundo de peso pluma del Ultimate Fighting Championship (UFC), ha ayudado al espectacular crecimiento de esta modalidad.
Con ‘punch’
Tailandia, paraíso muay thay. Cuando viaja con su pareja, hacen turismo y también aprovechan para entrenar y no perder punch. Como cuando fueron a Tailandia, por ejemplo.
Guiño a Castelao. De izquierdas y galleguista, Aviguey tiene tatuada la frase en femenino del escudo de la sirena del padre del nacionalismo gallego: “Denantes mostras que esclavas” (antes muertas que esclavas).
Disciplina y autocontrol
Frente a los que opinan que las MMA son extremadamente brutales y solo fomentan la violencia, Aviguey Parra le da la vuelta a la tortilla rápidamente. “A mí es lo que más me ha calmado en la vida”, asegura. La luchadora pone el foco en aspectos como la “disciplina, el autocontrol y la humildad”, además del “respeto a las compañeras”, ingredientes que, a su juicio, también forman parte de las artes marciales mixtas. “En el fútbol hay un mayor índice de lesiones que en los deportes de contacto”, afirma.
A principios del presente año 2025 se mudó a Beasain para vivir junto a su pareja. Está encantada. Ya inmersa en otra etapa vital, buscaba lo contrario a la vorágine de la gran ciudad y parece que lo ha encontrado. “Euskadi me parece increíble. Creo que no hay un lugar mejor para mí que Gipuzkoa”, dice. Trabaja como enfermera en el Hospital Universitario de Donostia y tres días a la semana entrena en el gimnasio Gaman de Gasteiz. Hay días en los que recorre el país de una punta a otra. Acaba hecha polvo, pero dice que le compensa. “La enfermería es mi vocación y lo que me da de comer; el deporte, lo que me ha sacado de la mala vida”, resume.