Hay caminos que empiezan en una calle cualquiera, con una pelota golpeando en la pared una y otra vez. El de Youssef Enríquez Lekhedim, conocido como Yusi, nació allí, entre partidos improvisados y sueños que parecían imposibles. “Desde que tengo memoria, mi vida ha girado en torno a un balón”, cuenta con naturalidad el futbolista, en su entrevista para el Deportivo Alavés.
A Yusi los primeros recuerdos le devuelven a los campos de fútbol del barrio, donde aprendió a caer, levantarse y volver a intentarlo: “Me he criado y me he ido haciendo mayor ahí. Y pensar en ello me trae recuerdos bonitos". Unas pachangas en las que su padre, que tiene "dos pies izquierdos", también se vio involucrado. “Le he liado más de una vez para jugar conmigo. Si no hubiese tenido ese cariño y ese apoyo de mi familia, no sé dónde estaría hoy”, reconoce.
Un cariño que, sobre todo, sintió durante los muchos kilómetros que tuvo que hacer por tierras madrileñas, desde San Fernando de Henares hasta el Real Madrid, pasando por el Rayo Vallecano, el Moratalaz y el Getafe. Y casi todos los recorrió con su madre a su lado, entre autobuses y trenes de cercanías. “Le estaré siempre agradecido. Me ha llevado, me ha traído, me ha tenido paciencia, me ha aguantado...", comenta.
El fútbol, eso sí, siempre fue secundario. En su casa, el mensaje era claro: "Mis padres me decían que estudiara, que eso era lo que me iba a dar un buen futuro, pero también que disfrutase de lo que hiciera". Ahora bien, tomara la decisión que tomara, debía luchar "por ser el mejor", ya fuera "fontanero o futbolista". Y no le ha ido mal la cosa hasta el momento, pues, a sus 20 años, ya ha conseguido llegar a Primera División.
EL DEBUT EN LA ÉLITE
“Fue un momento súper especial. Salir, ver a mi familia emocionada... fue único. Ves todo el camino que has recorrido y piensas: lo volvería a pasar una y otra vez”, cuenta sobre su debut en la élite, que ocurrió en Mendizorroza, con la camiseta albiazul y ante el Levante. Jugó poco más de cinco minutos, pero vaya cinco minutos para el recuerdo con un Alavés donde le han acogido "muy bien" y le están "enseñando muchas cosas".
Llegar a Vitoria-Gasteiz, por supuesto, no fue una decisión sencilla, dado que suponía "salir del entorno" en el que se había criado. Pero, ahora que ya lleva varios meses en el club babazorro, solo piensa en "ser uno más" y en dejarse "la piel por el escudo y por la camiseta en cada momento" que le toque jugar.