Con los votos a favor de PSE, PNV y PP y la abstención de EH Bildu y Elkarrekin, el Ayuntamiento de Vitoria se ha comprometido este viernes a frenar las pintadas vandálicas en la ciudad, tal y como pedía en una moción el guía turístico Arturo Martínez cuyo local de alquiler de bicis de la Kutxi amaneció el 13 de febrero con una amenazante diana, poco después de que alertara de “este problema de ciudad” a través de un vídeo que se hizo viral.  

Por esta razón ha llevado al turno popular del Pleno un documento, que también ha apoyado una docena de asociaciones vecinales, y que pide cinco medidas concretas:

-Llevar a cabo un plan de limpieza de fachadas general

-Proteger los elementos del patrimonio de la ciudad con una “seguridad real”

-Que las sanciones no pueden ser más bajas que lo que cuesta a la sociedad o al particular limpiarlas

-Ofrecer al grafitero zonas dedicadas exclusivamente al desarrollo de su expresión artística: muros, fachadas, lonjas vacías...

Para llevar acabo este último punto ha citado dos propuestas:

Extender la red del Itinerario Muralístico a otros barrios, como Zabalgana, en memoria de personas ilustres que nacieron o vivieron en la ciudad y locales para utilizar sus paredes a modo de lienzo, convocando para ello un concurso de arte.

"Estoy muy contento porque en el fondo creo que estamos todos de acuerdo y eso era lo que perseguía al llegar a este Pleno"

Arturo Martínez - Impulsor de esta moción de Stop a las pintadas

"Estoy muy contento porque en el fondo creo que estamos todos de acuerdo y eso era lo que perseguía al llegar a este Pleno", ha declarado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el impulsor de esta iniciativa.

Los votos

En cuanto al motivo de la abstención, EH Bildu ha explicado que prefería votar la moción por puntos porque la moción no iba “mal encaminada” a la hora de solicitar más puntos en la ciudad donde se pueda ejercer la libertad de expresión, tal y como proponen los abertzales con iniciativas como Betoño Barria, como ha recordado Aitziber Salazar. 

Y Elkarrekin lo ha hecho, según ha declarado Garbiñe Ruiz, porque prefiere que se actúe en la “raíz del problema”, por lo que ha reivindicado una “necesaria educación cívica para corregir esta cuestión”. 

El PSE, en cambio, ha dado su sí porque "este gobierno diferenciamuy bien entre arte urbano y vandalismo puro y duro", como ha asegurado Pascual Borja, concejal de Limpieza, que ha recordado el "gran esfuerzo" con las que las combaten, como las dos unidades que actúan a diario en el Casco Viejo.

El PNV también lo ha dado porque "vamos a intentarlo todo para atajar el problema", tal y como ha resaltado César Fernández de Landa, que ha pedido a los grupos estar "todos a una" ante esta cuestión.

E igualmente así lo ha hecho el PP porque "es un asunto serio y complejo, no solo estético", ha subrayado Alfredo Iturricha, que también ha censurado que se haya contratado a una empresa para encargarse de su limpieza "sin experiencia y sin contrato público".

El "detonante"

Como ha recordado Martínez, “el detonante” de esta situación fue un vídeo que colgó el 23 de enero titulado “Stop a las pintadas”, el mismo que llevaba su moción, alertando de las “firmas” que iban apareciendo poco a poco con la fachada del local. 

“Me sucedió a mí por levantar la voz y fueron a por el local en el corazón de la ciudad pero no es un problema que atañe solo al Casco Medieval sino algo generalizado en todos los barrios de la ciudad. Por eso he venido hasta aquí. Esto no es la pataleta de un vecino y mi voz solo es la portavoz de cientos de vecinos que ven como sus barrios sufren el mismo problema”, ha destacado.

Como ha concretado, “en el Casco Histórico las pintadas se han triplicado en los últimos cinco años; en el barrio de Zaramaga frente al Boulevard hay más de 300 metros lineales pintados; en Sansomendi más de 40 edificios tienen pintadas; en Ariznabarra los vecinos ven con impotencia y asombro como los esfuerzos por limpiar de pintadas las fachadas les dura menos de 24 horas; Santa Lucía; Arriaga-Lakua; El Pilar; Abetxuko; Aranbizkarra etc. Ninguno se salva”. 

Tampoco los negocios particulares ni el patrimonio de la ciudad. “Un ejemplo lo tenemos muy cerca del Ayuntamiento: la Catedral Nueva está llena de pintadas. Y esto, sí que es grave porque hay que poner todos los medios para proteger nuestro patrimonio”.