Dos personas de 60 y 61 años fallecieron el año pasado en temporada de bodega en Lanciego por culpa del tufo del vino, por inhalar el dióxido de carbono que desprende la uva durante su fermentación.

El primero cayó a un tanque por accidente y el segundo, que era su cuñado, trató de salvarle.

Ambos murieron asfixiados, y no es el único caso. Cuatro muertos en tres años es el balance en Álava desde que en 2020 murieron dos personas tras caer a un depósito de uvas en una bodega de Lapuebla.

La publicación incluye medidas básicas para la prevención de siniestros por tufo y primeros auxilios en caso de que se produzcan

A unos meses de la vendimia, Osalan, el Instituto vasco de seguridad y salud laboral acaba de publicar, junto a la Fundación Azti (Centro científico y tecnológico especializado en medio marino y alimentación) la primera edición de una guía para prevenir y reducir accidentes por tufo, con una tirada de 1.100 ejemplares.

La publicación incluye medidas básicas para la prevención de siniestros por tufo y primeros auxilios en caso de que se produzcan.

Lagar en una bodega de Rioja Alavesa. Redacción DNA

Riesgo de accidentes

¿El objetivo? Sencillamente, “poner el foco en el riesgo de accidente por presencia de tufo en las bodegas donde se realizan fermentaciones alcohólicas, ya que este tipo de siniestros suele tener consecuencias muy graves, casi siempre mortales, y afectan, en la mayoría de los casos, a más de una persona”, alertan los autores del manual.

¿Qué es el tufo?


Y es que, el riesgo de asfixia por tufo o CO2 es inherente al proceso de fermentación de los mostos y de los trabajos en interiores de lagares y depósitos de vino en tareas de limpieza, descube, pisado de la uva, etc.


Más, cuando no hay, en la mayoría de los casos, detectores de oxígeno o de CO2 ni correctos protocolos de actuación. Advierte la guía de una falta de adecuación de los planes de emergencia a las características del trabajo en bodega, de ahí la importancia de adecuar las instalaciones para minimizar los riesgos.


El tufo del vino es el CO2 (dióxido de carbono) que se desprende cuando se lleva a cabo la fermentación alcohólica del mosto para producir vino. Su olor no se aprecia en el aire, así que son necesarios equipos específicos para detectar los gases. Además, al ser más denso que el aire, se cuela y ocupa las zonas bajas de las naves de elaboración y de los depósitos.

Desplaza al oxígeno

El tufo no es venenoso en sí mismo. El peligro de este gas radica en que desplaza al oxígeno, haciendo que la respiración no aporte oxígeno a los pulmones, lo que provoca la rápida pérdida de la consciencia.

En la mayoría de los accidentes por tufo hay más de una víctima al acudir personal al rescate sin los equipos adecuados

De esta manera, si no hay un rescate inmediato, la persona fallece por caída o asfixia. Detalla la guía que en menos de minuto y medio se produce la pérdida de conocimiento. Y en los siguientes tres minutos, el fallo del corazón. Después, el cerebro sufre una lesión irreversible que provoca la muerte.

Además, en la mayoría de los accidentes por tufo hay más de una víctima, ya que las personas que trabajan junto al afectado se introducen en la zona de peligro para rescatarle sin los equipos adecuados y también fallecen asfixiadas.

De hecho, recuerda Osalan que el 60% de los percances mortales los sufren las personas que se lanzan a ayudar a las víctimas.

¿Cómo rescatar a la víctima?


A pesar de cumplir todas las medidas preventivas de seguridad, el riesgo siempre existe. Nunca se puede descartar la posibilidad de que se produzca un accidente, así que para realizar un rescate de manera coordinada y exitosa, el instituto vasco de seguridad y salud laboral considera imprescindible ceñirse al protocolo que de antemano tiene que conocer toda la plantilla de la bodega, incluida la coordinación con los servicios de emergencia: bomberos, ambulancias…

Además, antes de realizar cualquier actividad en un recinto en el que pueda haber tufo, es necesario tener material de rescate adecuado a la instalación: medios de sujeción y rescate (trípodes, pescantes, con sistemas de rescate por izado, polipastos de rescate, arneses y material anticaída y equipos de respiración autónomos o semiautónomos con máscara supletoria para la persona que se va a rescatar. Es el personal de la propia bodega el que debe realizar los primeros auxilios a la víctima.

Por lo tanto, toda la plantilla tiene que estar formada. En la primera atención, la forma de socorrer a la víctima empieza con una evaluación primaria para conocer sus signos vitales: consciencia y respiración. Hay que aflojarle la ropa y los complementos que lleva alrededor del cuello para facilitar la respiración, pero manteniendo abrigada a la víctima. Si está consciente, hay que colocarle en posición semisentada para facilitar la respiración, a no ser que tenga otra lesión que lo desaconseje.

Permanecer con la víctima y controlar sus constantes vitales hasta que lleguen los servicios sanitarios. En caso de que no esté consciente, pero respire, colocarle en posición lateral de seguridad y controlar sus constantes vitales hasta que acudan los servicios sanitarios. Y si no está consciente ni respira, abrir las vías respiratorias y realizar un masaje cardiaco hasta la llegada que lleguen los servicios sanitarios.

Posteriormente, en una evaluación secundaria se analizarán otras posibles lesiones: golpes, fracturas, heridas abiertas, etc., y se actuará en consecuencia.

También puede darse el caso de que la víctima de tufo, al perder la consciencia, caiga dentro del depósito; en esta situación, se puede dar un tipo de asfixia debida a la inmersión en líquidos, es decir, ahogamiento.

Uvas que causaron tufo en una bodega de Rioja Alavesa. Redacción DNA

En los depósitos de vino

El tufo se esconde en los depósitos de vino y las zonas bajas o mal ventiladas, que son las de mayor riesgo. En este sentido, las labores de bodega más peligrosas son la forma tradicional de pisado de la uva en lagares, ya que este arranque de la fermentación alcohólica genera tufo, que puede ser un peligro si la zona no está bien ventilada.

No obstante, actualmente el pisado de la uva solo se realiza así de forma ocasional, en fiestas populares o eventos turísticos y en bodegas muy pequeñas.

Labores arriesgadas

Otra labor arriesgada durante el proceso de elaboración del vino llega a la hora de abrir las cubas para comprobar cómo va la fermentación, ya que la exposición al tufo puede hacer que la persona se desvanezca y caiga dentro del depósito o al suelo desde una gran altura.

A tener en cuenta

Igualmente sucede a la hora del descube, es decir, de vaciar la cuba, ya sea tanque de acero inoxidable, pileta de cemento, barrica... Esta tarea se realiza al acabar la fermentación. También durante la limpieza de los depósitos, puesto que, aunque estén vacíos, pueden quedar restos de dióxido de carbono o tufo en suficiente concentración como para provocar un accidente grave e, incluso, mortal.


De ahí que Osalan recomiende una vigilancia extrema durante todo el proceso de fermentación, además de extremar las medidas de seguridad de las instalaciones con depósitos que no requieran la permanencia de personas en las zonas de riesgo, sistemas de ventilación y de detección de tufo en la bodega, incluso portátiles de uso individual.